martes, 29 de abril de 2014

Kokedamas, otra forma de tener plantas, venida de Japón



Kokedama significa literalmente “bola de musgo”, viene de las expresiones japonesas Koke = bola y dama = musgo.
En Japón se consideran los “bonsáis de los pobres”, ya que el coste es mucho más bajo y su mantenimiento no necesita tantos cuidados y conocimientos como los necesarios para llevar a buen término un bonsái en toda regla.

Al contrario de lo que se dice, su historia es bastante reciente, surgió en la década de los 90 y tuvo un éxito inmediato.
Puede ser considerada como una parte de Japón, que fusiona tradición y modernidad ya que, es una mezcla de bonsái, kusamono y fundamentalmente del nearai, tres técnicas japonesas para recrear la naturaleza de un modo armonioso en las casas.
Kusamono

El nearai es un tipo de bonsái de la era Edo japonesa, que consistía en cultivar muchas plantas en un solo recipiente de modo que las raíces fueran tan tupidas que pudieran sacarlo del recipiente sin romperse para dejarlo sobre una estantería o mueble y poder así observarlo de forma natural.
Nearai

Las kokedamas colgantes, pueden llegar a formar bosques flotantes que logran atraer la mirada de una manera impactante.


También pueden colocarse en la cocina, con plantas aromáticas. Muchas personas lo colocan en un plato, el cual también debe ser decorativo si se quiere ornamentar el ambiente.
Sin embargo, si queremos emular a los japoneses deberíamos colocarlos sobre madera petrificada, pizarra, cerámica e intentar recrear un ambiente sobrio y elegante, con cierto aire ceremonial.

Esta técnica tiene como objetivo principal, no solo adornar los espacios interiores, sino que busca equilibrar naturalmente el espíritu, mediante su principal virtud, la belleza de sus arreglos.
 

¿Cuáles son los cuidados que se requieren?
Es fácil de cuidar pero, como todo ser vivo requiere ciertas atenciones para mantener siempre su belleza.
Una de ellas tiene que ver con la iluminación. El lugar donde se coloquen debe estar bien iluminado aunque, a la vez, no debe darle directamente el sol.
El riego consiste en sumergir la kokedama en un recipiente con agua durante unos minutos, hasta que dejen de salir burbujas. Para saber si es necesario regarla hay que tocar la bola de musgo y comprobar si está húmeda o no.
La frecuencia del riego depende mucho de la humedad que haya en el ambiente y de la estación del año. Por ejemplo, durante el verano que hace más calor es necesario regar la kokedama más a menudo que en invierno. Sin embargo, en líneas generales, requieren riego cada dos o tres días.

En general
  •     No exponer al sol directo.
  •     Si el ambiente es seco, rociar la bola y planta con agua.
  •     Sumergir en agua cuando la bola de musgo esté seca.
  •     No apretar la kokedama para escurrir el agua.
  •     Girar la kokedama sobre su eje para que las hojas no se vuelquen hacia la luz solar.
  •     Limpiar las hojas con un algodón humedecido en agua si es necesario.
  •     Cortar las hojas secas con cuidado para no lastimar las hojas sanas.
  •     Fortalecer con fertilizantes y abonos orgánicos agregándolos en el agua de riego.
  •     Si los hilos se sueltan se pueden coser con una aguja a la kokedama.
  •     Cuidado con los gatos, les encanta morder y jugar con la kokedama.

Este será mi próximo proyecto! Ya os pondré fotos.
Espero que os haya resultado interesante.



Dado que me ha gustado mucho hacer estos experimentos, he seguido leyendo y estoy escribiendo sobre el arte de los arreglos florales de los japoneses, los ikebanas.

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